Cuando hablamos de mantener vivo el niño interior, nos referimos a que el hombre no pierda de vista aquellas virtudes propias de la infancia que, con el transcurso de la vida, se van dejando de lado. Esas cualidades se encuentran en lo más profundo y el hombre adulto tiene la capacidad de desarrollarlas para vivir plenamente, superando los obstáculos e intentando concretar ese potencial que le permitirá ser más feliz.
Las principales características que no se deben de perder son:
Capacidad de asombro
Inocencia
Capacidad de olvido y perdón
No tener perjuicios
Ser sincero
Espontaneidad
Confianza en si mismo
Entusiasmo
Capacidad de entretenimiento
Imaginación
Nunca dejen estás características atrás recuerden que para ser creativos debemos de divertirnos.
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